Museos y coleccionistas del extranjero se disputan sus obras en 1973, uno de ellos fue escogido para ilustrar la tarjeta navideña del fondo de las naciones unidas para la infancia(UNICEF). Las escenas urbanas y campestres de Roman Roncancio – plazas de mercado, campos de labranza, ferias y circos, corridas de toros, danzas populares y manifestaciones políticas – conforman un mundo pictórico limpio, luminoso y pleno de vitalidad que desde 1964 atrajo la atención de la crítica. Sin embargo, uno de los aspectos, más ricos de su obra es el tema selvático. Para el la selva no es la “cárcel verde” que evoca José Eustasio rivera en “La Vorágine” , una tierra de silencio, soledad y pesadumbre, sino un nuevo universo de verdor y de luz. “Una selva – escribe Javier Darío Restrepo – con flores, mariposas, enormes, arroyos cristalinos y hermosos troncos cargados de hojas y ramas de colores. La selva vista con los ojos de un niño.